Psilocibina (1)

Nach
4 min readFeb 9, 2021

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Creo que en el futuro la humanidad tendrá que reivindicar el papel que los organismos del reino fungi han tenido en la evolución biológica, material y social del ser humano. La gente con criterio estrecho los quita de su pizza y los deja crecer en sus paredes (y pies) sin detenerse a contemplar su belleza y utilidad. Son un componente fundamental en los ecosistemas, sirven para fermentar, bien alimentarnos y también para viajar como los antiguos pobladores de mesoamérica lo hacían hace 3000 años con la psilocibina.

Hay más de cien especies de hongos que contienen psilocibina. Al extraerla y consumirla, este profarmaco alcaloide de la triptamina, precursor de otras moléculas de nuestro interés como serotonina, melatonina y metiltriptamina, se metaboliza y se convierte en psilocina.

Amigos por siempre (10.1016/j.euroneuro.2013.12.006)

Una vez convertida en psilocina, continúa su viaje por la circulación hasta llegar a la vascularidad del cerebro para atravesar la barrera hematoencefálica y acoplarse a receptores específicos de las moléculas con las que comparte estructura, principalmente subtipos de receptores 5 HT. Son particularmente importantes los receptores presinápticos del subtipo 1A que abundan en los núcleos dorsal y mediano del rafe, estructuras donde ocurren procesos complejos que intervienen en la génesis de la memoria y producción de mucha mucha serotonina, respectivamente. Estas mismas interacciones son, en parte, responsables de sus propiedades alucinógenas y por lo tanto, recreativas.

Mucha fisiología en una imagen tan chiquita (internetz)

Desde su clasificación como droga del diablo y los comunistas en los años setenta, la psilocibina junto con otros compuestos recreativos dejaron de investigarse. Con el revival de las moléculas psicotrópicas como alternativas potenciales al manejo convencional que se emplea en diversas condiciones neurológicas y psiquiátricas, ésta ha resurgido como uno de los principales objetos de estudio a nivel experimental. Si se busca el término en PUBMED, es posible darse cuenta de que la producción científica relacionada ha aumentado exponencialmente en los últimos diez años.

Yo encontré la psilocibina por casualidad, realmente no sabía de su existencia hasta que una amiga me contó que estaba microdosificándose con ella. Sabía que el microdosing era una práctica relativamente efectiva para lograr potenciar ciertas cualidades que el sujeto requería proyectar en un momento en específico; alguna vez escuché decir a un gran amigo que antes de sus complicados exámenes orales, se microdosificaba con 1/8 de ácido lisérgico y que los resultados le parecían muy satisfactorios.

La prudencia con la que me contaba sobre sus resultados fue lo que finalmente me llevó a contactar al supplier de la ciudad para conseguir mis propias dosis.

Pao me entegó un gotero verde con un líquido oleoso amarillo, me explicó que debían aplicarse dos gotas vía oral first thing in the morning y que era prudente descansar los fines de semana, aunque había personas que elegían aplicarlo cada dos días. Le pregunté también qué era lo que ocurría si en vez de tomar dos gotas tomaba 20 y respondió que realmente no había mayores efectos salvo sentir euforia incontrolable (igual no es de mi interés explorar la sensación de una sobredosis de esa madre). Por último, me dijo que lo ideal era llevar una rutina de consumo durante al menos dos meses para poder percibir los efectos a mediano plazo.

Al día siguiente desperté y comencé. El contacto de las densas gotas con mi lengua me evoca la sensación de estar tomando ventaja de la virginidad bioquímica de mi cerebro, que aunque en especie contiene en sí mismo lo necesario para proveerse con capacidad y placer a raudales, no lo hace porque es más importante para nuestra continuidad el equilibrio que el placer. He hecho lo mismo durante las últimas dos semanas y hasta hoy.

Sin abundar mucho en detalles, mi percepción hasta ahora es positiva pero con reserva. Desde el inicio hasta el día de hoy, he logrado hacer cosas para las cuales antes no hallaba voluntad como hacer ejercicio, volver a leer literatura, establecer (muy incipientemente y con muchos altibajos) una rutina de estudio, buscar entablar conversaciones incómodas y un par de cosas más. No tengo muy claro si hay asociación, pero si lo tomamos como un punto de partida, creo que son resultados aceptables para algo que no me generaba muchas expectativas. A final de cuentas, los fenómenos constructivos relacionados a la neuroplasticidad son una cuestión de paciencia y constancia (or so they say).

¿Logro concentrarme y memorizar como nunca antes? ¿Mi ánimo está estable y positivo siempre? ¿Ahora soy asertivo todo el tiempo? ¿Estoy descubriendo los secretos del universo mediante la alteración de mis sentidos? La verdad es que nada de eso ha ocurrido. Tampoco he notado mucha diferencia entre el sujeto que existe de lunes a viernes y el de los fines de semana.

El gotero aún guarda bastante contenido. Veamos qué pasa en el futuro.

10.1016/j.euroneuro.2013.12.006. // 10.1007/s13311–017–0542-y

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